El Tribunal de San Martín comenzará hoy el debate por el secuestro y asesinato del militante de 15 años Floreal Avellaneda. Los acusados son dos generales y otros cuatro represores. Deberán responder por los cargos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio.
Por este hecho, ocurrido hace 33 años, están acusados dos generales que ejercieron la máxima autoridad en la mayor unidad militar del país, junto a otros cuatro represores imputados por los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio.
Se trata del entonces jefe del Comando de Institutos Militares, general Santiago Omar Riveros, y su jefe de inteligencia, general Fernando Ezequiel Verplaetsen.
En vísperas del juicio la justicia les revocó la detención domiciliaria y los remitió a un penal federal junto al director de la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, Osvaldo García.
También están procesados sus subordinados César Fragni y Raúl Harsich, y el principal Alberto Aneto, de la comisaría de Villa Martelli, lugares todos donde el pibe fue llevado junto con su made Iris Pereyra.
El «Negrito» Avellaneda y su mamá fueron secuestrados por un grupo de tareas del ejército el 15 de abril de 1976 de su domicilio de Munro y torturados en la comisaría para que revelaran el paradero de su padre, un delegado gremial y afiliado comunista de igual nombre.
La madre fue blanqueada días después al ser puesta a disposición del Poder Ejecutivo por dos años, pero el cadáver del chico apareció el 14 de mayo flotando en la costa de Uruguay junto a otros siete cuerpos, con signos de salvajes torturas que incluyó el empalamiento.